Han pasado más de 2000 años desde que Hipócrates, al que se considera padre de la medicina, enseñaba la influencia del entorno sobre la salud.
Los geomantes chinos ya conocían las energías emergentes de la tierra 6000 años atrás, (las nocivas y las positivas) y curiosamente, también los egipcios, los celtas, los árabes, los cristianos, los cataros, los templarios..., es decir, en todas las culturas, en todas las religiones, a través de geomantes, rabdomantes, zahoríes, varilleros , ahora radiestesistas y geobiólogos, se ha tenido conocimiento de estas energías y se han usado estos conocimientos para construir lugares de culto desde la prehistoria. Por todo el planeta podemos encontrar emplazamientos megalíticos, dólmenes y menhires, catedrales e iglesias, que dejan constancia del gran conocimiento de nuestros antepasados sobre estos temas. Después llegaron unos siglos de oscuridad hasta que a principios del siglo pasado y a través de la radiestesia empezamos a redescubrir las energías de la Madre Tierra.
Se conoce como radiestesia la capacidad que todos tenemos para percibir las radiaciones energéticas, este termino cobró vida entre 1920-1930 de mano del abad francés Bouly, este vocablo esta formado por las palabra latinas “radium” (radiación) y la griega “aisthesis” (percepción).
El radiestesista percibe una información de la cual no es consciente, posiblemente a través de la hipófisis y las glándulas suprarrenales en el inconsciente y este transmite un impulso eléctrico a los músculos del brazo haciendo que el péndulo gire o se mueva y en el caso de las varillas que se abran o se crucen entre si, interpretando el radiestesista estos movimientos como respuestas. Antes he dicho que todos nacemos con esa cualidad, pero no todos la desarrollamos hasta llegar a un nivel radiestesico suficiente, comparando, todos tenemos capacidad para cantar, pero solo unos pocos pueden hacerlo bien.
Con un péndulo y una grafica se puede medir la sensibilidad radiestésica de cualquier persona, pero cuidado, no existe un 100% global de sensibilidad por el cual guiarnos, para evitar errores hay que comparar la sensibilidad entre dos personas, ejemplo, si yo quiero comparar la capacidad de otra persona con la mía, me asignaré un 100% como referencia, si la otra persona arroja una medición de un 60% será el máximo que podrá alcanzar con la practica, si la medición es de un 120% significaría que me superaría con la practica, después de medir el tope radiestésico de la persona habría que medir la capacidad desarrollada hasta el momento, la diferencia sería el camino por recorrer y la práctica sería el único medio de alcanzar ese tope radiestesico.
Tele-radiestesia, es lo mismo pero a distancia, ojo, esta cualidad no la portamos todos, yo diría que son muy pocos los elegidos y además la dividiría en tres niveles, ejemplo, si yo pregunto ¿hay agua subterránea en esta vivienda? y obtengo respuesta estaría utilizando el primer nivel, si la pregunta es, ¿deseo ser consciente de la corriente subterránea más caudalosa dentro de mi radio de percepción? y el péndulo me lleva hasta ella yo estaría utilizando el segundo nivel, (la siguiente pregunta sería saber cual es nuestro radio de percepción, el mío se encuentra en 32 Km. aprox.) y si utilizamos un plano y a ser posible una foto, para encontrar una radiación, no importará la distancia y estaremos utilizando el tercer nivel.
El termino geobiología, no se si es del todo correcto, ya que su traducción vendría a ser como “estudio de la vida en la tierra”, también es conocida como la medicina del hábitat, esta ciencia parte de la base de la radiestesia como forma de localizar espacios bióticamente favorables que guarden armonía con el lugar y con las personas que lo han de utilizar, teniendo en cuenta la incidencia de alteraciones naturales, redes telúricas, chimeneas cosmotelúricas, corrientes subterráneas, fallas del terreno, etc. y otras alteraciones como radiofrecuencias y contaminación electromagnética artificial, recomendando además unas normas de construcción biótica que se han ido perdiendo en aras del progreso con los nuevos materiales y métodos de construcción.
Los geomantes chinos ya conocían las energías emergentes de la tierra 6000 años atrás, (las nocivas y las positivas) y curiosamente, también los egipcios, los celtas, los árabes, los cristianos, los cataros, los templarios..., es decir, en todas las culturas, en todas las religiones, a través de geomantes, rabdomantes, zahoríes, varilleros , ahora radiestesistas y geobiólogos, se ha tenido conocimiento de estas energías y se han usado estos conocimientos para construir lugares de culto desde la prehistoria. Por todo el planeta podemos encontrar emplazamientos megalíticos, dólmenes y menhires, catedrales e iglesias, que dejan constancia del gran conocimiento de nuestros antepasados sobre estos temas. Después llegaron unos siglos de oscuridad hasta que a principios del siglo pasado y a través de la radiestesia empezamos a redescubrir las energías de la Madre Tierra.
Se conoce como radiestesia la capacidad que todos tenemos para percibir las radiaciones energéticas, este termino cobró vida entre 1920-1930 de mano del abad francés Bouly, este vocablo esta formado por las palabra latinas “radium” (radiación) y la griega “aisthesis” (percepción).
El radiestesista percibe una información de la cual no es consciente, posiblemente a través de la hipófisis y las glándulas suprarrenales en el inconsciente y este transmite un impulso eléctrico a los músculos del brazo haciendo que el péndulo gire o se mueva y en el caso de las varillas que se abran o se crucen entre si, interpretando el radiestesista estos movimientos como respuestas. Antes he dicho que todos nacemos con esa cualidad, pero no todos la desarrollamos hasta llegar a un nivel radiestesico suficiente, comparando, todos tenemos capacidad para cantar, pero solo unos pocos pueden hacerlo bien.
Con un péndulo y una grafica se puede medir la sensibilidad radiestésica de cualquier persona, pero cuidado, no existe un 100% global de sensibilidad por el cual guiarnos, para evitar errores hay que comparar la sensibilidad entre dos personas, ejemplo, si yo quiero comparar la capacidad de otra persona con la mía, me asignaré un 100% como referencia, si la otra persona arroja una medición de un 60% será el máximo que podrá alcanzar con la practica, si la medición es de un 120% significaría que me superaría con la practica, después de medir el tope radiestésico de la persona habría que medir la capacidad desarrollada hasta el momento, la diferencia sería el camino por recorrer y la práctica sería el único medio de alcanzar ese tope radiestesico.
Tele-radiestesia, es lo mismo pero a distancia, ojo, esta cualidad no la portamos todos, yo diría que son muy pocos los elegidos y además la dividiría en tres niveles, ejemplo, si yo pregunto ¿hay agua subterránea en esta vivienda? y obtengo respuesta estaría utilizando el primer nivel, si la pregunta es, ¿deseo ser consciente de la corriente subterránea más caudalosa dentro de mi radio de percepción? y el péndulo me lleva hasta ella yo estaría utilizando el segundo nivel, (la siguiente pregunta sería saber cual es nuestro radio de percepción, el mío se encuentra en 32 Km. aprox.) y si utilizamos un plano y a ser posible una foto, para encontrar una radiación, no importará la distancia y estaremos utilizando el tercer nivel.
El termino geobiología, no se si es del todo correcto, ya que su traducción vendría a ser como “estudio de la vida en la tierra”, también es conocida como la medicina del hábitat, esta ciencia parte de la base de la radiestesia como forma de localizar espacios bióticamente favorables que guarden armonía con el lugar y con las personas que lo han de utilizar, teniendo en cuenta la incidencia de alteraciones naturales, redes telúricas, chimeneas cosmotelúricas, corrientes subterráneas, fallas del terreno, etc. y otras alteraciones como radiofrecuencias y contaminación electromagnética artificial, recomendando además unas normas de construcción biótica que se han ido perdiendo en aras del progreso con los nuevos materiales y métodos de construcción.
*Cualquier inquietud no dudes en expresarla a través de un comentario*.
No hay comentarios:
Publicar un comentario